viernes, 14 de noviembre de 2014

Exposición El Greco en Toledo. Qué ver en Toledo


EL GRECO EN TOLEDO

 Toledo. Carmen Duerto (twitter @cduerto) Crónica publicada en www.diarioabierto.es
Toledo posiblemente sea una de las ciudades de España que más turistas reciba y motivos no le faltan. La exposición sobre El Greco en la Museo de Santa Cruz abierta hasta el nueve de diciembre, es un buen reclamo y alojarse en uno de su cigarrales adaptados al turismo, quizás, sea la mejor opción.

A menos de una hora de Madrid, la ciudad amurallada sobre el río Tajo, ofrece una visión maravillosa desde el cigarral El Bosque, un cinco estrellas con servicios de tres, por ejemplo, no tiene zapatillas ni albornoz, su línea de baño es mala y el desayuno, con unas vistas preciosas sobre la ciudad, resulta cuartelero. La insonorización entre habitaciones tampoco está muy conseguida porque una de las noches tuve la suerte de aprender una tabla japonesa de gimnasia a las siete de la madrugada, gracias a mis vecinas de habitación a las que no tenía el gusto de conocer pero sí de escuchar.
Gracias a Dios que las 10 hectáreas de jardín abandonado no tenían más ruido que los animalitos propios de la zona y el silencio. Lo mejor es bajar andando a Toledo y así cruzar el Tajo por el puente romano y apreciar la grandiosidad del centro histórico, que en tiempos estuvo todo amurallado. Calzar zapato cómodo y plano porque el pavimento es adoquinado y reservar hora y entradas para la exposición “El Greco Arte y Oficio” porque las colas son importantes. Diez euros por persona es el precio y da derecho a disponer de una audio guía con el recorrido por el Museo de Santa Cruz y dedicar dos horas largas para disfrutar del pintor cretense. 

 

El Greco puede ser el anzuelo para disfrutar de un fin de semana en Toledo, pero sin olvidarnos de disfrutar de la impresionante Catedral, las sinagogas, especialmente la de Santa María La Blanca del siglo XII, la basílica visigoda, el barrio judío, el museo de arte visigodo, el de San Román, la mezquita Cristo de la Cruz, la exposición de los Templarios, observar el trabajo de damasquinado de platos o joyas, ese hilo de oro de 24 quilates con el que se van creando dibujos en un objeto, las armas con acero de Damasco, los dulces de las monjas del Imperial Monasterio de San Clemente, dicen que ahí se inventó y es la cuna del mazapán desde 1212 y no abandonar Toledo, la ciudad imperial de las tres culturas, sin probar las ricas viandas de Castilla- La Mancha en alguno de sus mesones. Es increíble que en tan poco espacio haya tanto que ver y disfrutar.
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